DESAYUNO CON DIAMANTES

Os lo avisé. Ya véis como se llama la entrada de hoy en mi diario. Lo que siento, es que no puedo deciros que haya sido también con zafiros, esmeraldas y rubíes, como a mí me hubiera gustado añadir además. Había pensado que igual lo ponía también, dependiendo de lo que ocurriera. Pero tengo la impresión que todo se andará. Estuvimos hasta las tantas hablando y hablando, y cada vez la complicidad es más grande, y el cariño aumenta también, se dijo y se nota. La verdad es que no había que decirlo, pero bueno, se dijo, mejor. El por qué no han habido los zafiros, esmeraldas y rubíes, es porque he estado esperando una llamada suya que me ha dicho que me haría, y aún no ha llegado, pero bueno tampoco es tan tarde, son las 10 de la noche. No me extraña, ha ido a ver a sus hijos, tiene dos, los cuales viven a 600 kilómetros de Madrid. Me dijo que me llamaría a la vuelta, y es lógico que aún no me haya llamado, o no? Digo yo... O es que quiero dorarme la píldora? No creo que sea así, pero bueno, nunca se sabe. Lo que si hubo fueron mensajitos cariñosos al empezar la tarde, uno le mandé yo, deseándole que estuviera teniendo un buen viaje, etc... y él al poco rato me contestó correspondiendo a mis palabras. Yo me quedé pensando... Si está de viaje, habrá tenido que parar donde sea para poder enviarme el mensaje, todo un detallazo si fue así. Habrá algún malpensado que dirá que podía haberme llamado. Y digo yo, por qué tenía que hacerlo? Me hubiera gustado, no lo niego, es más, me hubiera encantado, pero igual paró en un área de servicio para contestarme, o donde fuera, y no era cuestión de ponerse a hablar con la cantidad de kilómetros que le quedaban. O estoy equivocado? Yo creo y juraría, que no. Además, como os he comentado, me dijo que me llamaría a la vuelta, y depende a la hora que haya salido, aún le queda para llegar a Madrid.

Sus hijos son un encanto a juzgar por las fotos que me ha mandado, muy buenos y dulces, y él los adora, y es mútuo por lo que él me dice, y que yo no pongo en duda alguna. Las razones del por qué lo sé, sobran en este momento, pero daré unas pinceladas. Este hombre vivía en Londres, estuvo más de tres años allí, y su principal razón para regresar a España a trabajar fue que no podía ver a sus hijos tanto como él quería. Ahora, se mete en el cuerpo 1.200 kilómetros entre ida y vuelta fin de semana sí y fin de semana no para tan solo poder estar con sus hijos. Esto, más unido a lo de Londres, sí que es querer a un hijo, o no, eh? Que me lo digan a mí que soy padre, y a todos que también lo son. Lo que siente por sus hijos es adoración, y es correspondido a juzgar por lo que me comenta él, y me lo creo al 100% como he dicho antes, por ellos. Son una niña y un niño. Si viérais sus caras en las fotos, están y son para comérselos. Es que a mi me encantan los niños, tengo una especial debilidad por ellos.

Bueno, estoy contento y en paz, a pesar de no haber recibido aún la llamada, por lo que veo en él y en mí, en nosotros en definitiva, y los mensajitos lo corroboran. Ojo, no estoy lanzando las campanas al vuelo, que lo puede parecer o lo parece, solo digo que veo que hay posibilidades de que esto marche adelante, cosa que no me esperaba yo, como ya os dije en mi entrada anterior.

En fin, hoy poco que contar, un día tranquilo, en paz, viendo la tele, escuchando música, reordenando carpetas de música en el ordenador (tengo metidas 127 carpetas perfectamente clasificadas, con aproximadamente 2100 - 2200 canciones). Pongo el iTunes en modo aleatorio, y es como escuchar la radio sin parar, horas y horas, solo que con tus canciones favoritas, y salteadas, como en la radio, que no sabes la siguiente que te van a poner. Es mi emisora particular y privada.

Bueno, eso es todo por hoy, salvo alguna gran excepción que ocurra. También hoy es poco lo que os cuento, no os aburro más, no como otros días, jeje...En fin, un saludo, un abrazo, o un beso, todo depende de quien lea este diario hoy.