sábado, 17 de abril de 2010

¡¡¡Y SEGUIMOS LIGANDO IGUAL!!!


Mientras os hablaba y/os escribía sobre mi ex amigo Luis, yo seguía y sigo ligando igual ¡¡¡Vamos!!! ¡¡¡Lo iba a dejar yo por muchas decepciones y disgustos que me diera el tio ese!!!
Hoy por la mañana, he desayunado en "Mama Inés", mi café preferido de Chueca. Es más gay que mixto. El ambiente es muy agradable. Y estando yo terminando, se me acerca el camarero, y me da una tarjeta para mi de un tio que acababa de salir. He venido a casa, y luego, he entrado en el locutorio de Shuma. He dejado la entrada publicada en construcción, pues no tenía mucho tiempo. Pero no quería dejar de poner al menos la foto del tio este tumbado, que está cómo un pan. Ahora, ya más tranquilo, os cuento. En la tareta que me dejó no había escrito nada, sólo lo que estaba impreso en ella. Le llamé. Se llamaba Alvaro y vivía en Castellana. Quedamos para por la tarde-noche a tomar algo y conocernos. Y sí que nos conocimos, sí. Después del café, me invitó a ir a su casa, con la excusa de enseñarme unas esculturas, pues yo le dije que me encantaba el arte, y en especial la escultura. Tenía unos 40 años. Medía 1'88-1'90 (no sé por qué casi siempre ligo con tios altos), buena complexión, masculino, guapete, y proporcionado. Nada nada mal. Y muy educado, culto y amable, eso también. Se dedica a la importación de alfombras orientales (persas, rusas, etc...) Cosa que a mi también me encantan, y él no sabía. Me ofreció una copa, acepté, claro, y hablamos sobre ellas. Se quedó sorprendido, no sé muy bien por qué. Luego me enseñó por supuesto las esculturas. Unos bustos preciosos, un torso masculino a tamaño natural, impresionante, esculpido en marmol de Carrara, y varias más. Todas en bronce o marmol. Se volvió a quedar sorprendido ante mis comentarios. La verdad es que eran muy buenas y dignas de alabanza. Se fueron pasando las horas, y cuando nos dimos cuenta, ya era muy tarde. Me invitó a cenar, allí, en su casa, y yo acepté encantado, pues aparte de todas sus cualidades, era un gran conversador, ameno y agradable. Cenamos, y pasamos otra vez al salón. Puso música bajita (no sin antes preguntarme por mis preferencias musicales), y nos sentamos en un sofá, con una luz ténue, azafranada, muy confortable. El tomó un café y yo una infusión de frutas, allí, sentados, cada vez el uno más cerca del otro. Era tímido, pero en un momento en el cual él se inclinó para coger azúcar (lo tenía yo delante), su mejilla con barba mmmmm........ de dos días, rozó contra la mía. Y en ese mismo instante, se le pasó la timidez, puso su mano grande, cuidada, sobre mi cuello, me acercó y me dió un beso que nunca olvidaré. Seguimos los preliminares en el sofá, le gustaban igual que a mi, tomándose su tiempo, y al cabo de 1/2 hora aproximadamente, pasamos a su cuarto. El resto, ya os lo podéis imaginar, no voy a contar detalles, en este caso sería de mal gusto. A eso de la una y pico, después de un rato de charla, se quedó dormido abrazado a mi, de costado. Yo le acariciaba. Tenía la piel suave y tersa a la vez, un poco de vello, el justo (yo creo que se lo cuidaba), y era un gusto y un placer pasarle mis dedos, la palma de mi mano, por todo su cuerpo. Al final, yo también me dormí. Amanecimos sobre las once, dormimos fenomenal, nos despertamos muy descansados y a gusto. Antes de desayunar, hicimos un remake de lo sucedido la noche anterior, y al final, no sé si estábamos desayunando, o tomando el aperitivo, por la hora lo digo. Me duché, nos duchamos, se duchó, nos vestimos, y quedamos en vernos otro día. Parecía placentero, y yo lo estaba también. Más detalles no os puedo dar, no os quejéis. La verdad es que me gustaría volverle a ver, aunque sólo se quede en amiguete con derecho a roce, pues él me gusta, cómo persona más, y su conversación, cultura, etc... También. Todo fué muy agradable. Nos intercambiamos los teléfonos... Y en fin, que el destino decida. Por mi, que decida que sí. Uno que no es tonto. De las pocas tarjetas que me han dejado, y ha merecido la pena realmente conocer a esa persona.
Mil besos, Jack.

5 comentarios:

Max dijo...

Envidia cochina es la que tengo, para que vamos a negarlo, pero me alegro por ti. Un beso muy fuerte, Max.

Brian dijo...

¡Vaya tarde y noche! ¿Por qué no me sucederán a mi esas cosas? ¿Será porque soy feo? Lo dudo. Un besazo, Brian.

Javier dijo...

Pues yo tampoco estoy mal, y sí me pasan, pero no merecen la pena los tios. Una suerte, Jack. Me alegro. Me encantaría dormir a mi así siempre. Más besos. Javier.

Alvaro dijo...

Y yo que opino si me muerdo las uñas cómo Max? Tampoco me quejo, eso sí. Un besazo, Alvaro.

Jack dijo...

Oye, que esto no pasa todos los días, ojo, ¿eh? Sólo 1 de cada 3, ya sabéis, ja ja ja. A joderse tocan. Un toque de clase es lo que tengo, que se le va a hacer, uno que ha nacido así... Es broma. Mil besos para todos, de vuestro amigo, Jack.